Diario de una guerra

jueves, marzo 03, 2005

Mi primera operación

Queridos papá y mamá:

ya hemos llegado al frente. La verdad es que me siento bastante fuera de lugar. No conozco a nadie aquí y como aún no estoy asignado a ninguna compañia no se que debo hacer.

Estoy en alguna parte del frente aliado, junto a otros soldados ingleses, pero no se muy bien donde. Todavia no se manejarme muy bien con el mapa, cosa fundamental para dirigirnos a los objetivos planificados desde el alto mando aliado o buscar referencias a la hora de comunicar presencia enemiga.

Después de dar unas vueltas por la base un pequeño grupo de tanques me ha "acogido" como observador para informarles de las posiciones de vehiculos enemigos. Ya que voy a pie me ha costado un buen rato ir hasta un lugar adecuado, cerca de una carretera local en la que se habia visto actividad en las horas anteriores.

Cuando llevaba unos minutos por allí he oido un motor en la lejanía, y rápidamente me he tirado al suelo entre unos matorrales. Siguiendo la procedencia del sonido finalmente he visto que se trataba de un vehiculo ligero de reconocimiento, un Schwere Panzerspähwagen (SdKfz 232), al que comunmente llamamos 232.


Iba a alta velocidad, atravesando un campo cercano, dirección al bosque donde el grupo de tanques a los que guiaba esperaba. Tras informar por radio de la presencia y dirección de movimiento del vehículo enemigo uno de nuestros Matilda (un tanque aliado, mamá) dió buena cuenta de él.

Seguí avanzando siguiendo la carretera hacia un pueblo cercano que estabamos intentando tomar, cuando cayó la noche. Mi grupo de tanques se retiró a la base, donde partieron hacia otro objetivo, dejandome a mi allí, agazapado junto a la carretera esperando la llegada del alba. Ocasionalmente pasaba algún avión, pero no habia más actividad que el cantar de los grillos.

Pagué el pato de la novatada, quedandome allí un buen rato abandonado. Finalmente 'escapé' de nuevo a la base, terminando así mi primera jornada en el frente. No entré directamente en acción, pero al menos vi al enemigo, lo cual siempre supone una subida de adrenalina la primera vez.

Un abrazo de vuestro hijo.